martes, 15 de febrero de 2011

Goma de borrar digital

Hola a todos y bienvenidos. No ha sido fácil llegar hasta aquí y, a pesar del esfuerzo, no se puede decir que el diseño de mi página vaya a ganar un concurso, pero lo importante en cualquier acción novedosa en nuestra vida es dar el primer paso y aquí estoy.
Esta vez nos toca navegar por ese nuevo mundo que a todos nos fascina y nos asusta, en el que el tiempo y el espacio se deshacen y en el que todo lo que sumergimos en él se diluye en unos y ceros, como si se tratase de un potente disolvente. Pero, curiosamente, al mismo tiempo, igual que en este mundo, todos nuestros recorridos, todas nuestras acciones, dejan huella.  
Os aburriré con una pequeña historia. Cuando una de mis hijas tenía 11 años estaba loca por un chico mayor que ella y en una fiesta él  le preguntó si podía besarla; no contestó y sólo hizo un movimiento de hombros hacia arriba y abajo. El la beso y ella volvió a casa corriendo, llorando y asustada. La experiencia no le gustó, sencillamente no estaba preparada. Cuando me contó lo sucedido intenté quitarle importancia pero ella solo tenía una idea fija en su cabeza: Mamá, me dijo, ¿cómo puedo rebobinar y borrar lo que ha pasado?. Ese día mi hija aprendió dos cosas: que, delante de un chico,  mover los hombros es decir si, y que la vida no es como una película, que podemos rebobinar y borrar.
Algo parecido a esta historia es lo que nos sucede en ese otro mundo; de repente nos asustamos de lo que los demás pueden tener o saber de nosotros, nos movemos torpemente por él creyendo que todo lo que enviamos y contamos, todos nuestros paseos y viajes, todo lo vivido en él, se diluye, y no es así.  Por eso quizás, de nuevo, intentamos poner puertas al campo, y aplicar a ese mundo lo que creemos que funciona en este. Pensamos que podemos inventarnos una vida, hacer en ella lo que queramos y cuando nos interese, rebobinar y borrarla. Pero en el mundo digital eso es más difícil incluso que en el real. Desde el momento en que  nos asomamos a él dejamos nuestra impronta.
Quizás por eso, por la preocupación que ese hecho suscita entre la gente, hay empresas que ya están haciendo negocio con ese miedo y han creado programas que actúan a modo de goma de borrar digital. Lo que el ministro del interior alemán, en la noticia que os cuelgo, denomina "el derecho a permitir olvidar". La pregunta que os propongo es esta: 
 ¿Será posible en ese mundo, como si de una nueva religión digital se tratase, el derecho a la redención?

1 comentario:

  1. Creo que una goma de borrar digital es algo inviable. Cualquier objeto creado a base de ceros y unos puede ser reproducible en cualquier momento exactamente igual que el original. Todo lo que se construye según el código binario (textos, diseños de páginas, imágenes, sonidos, vídeos, elefantes, etc.) se puede reconstruir utilizando una estructura numérica similar. Esta misma página se podría crear absolutamente igual después de ser borrada, incluso con este comentario y todos los demás contenidos, con una forma perfectamente idéntica. Todo lo que aparece en la pantalla, desde el color del fondo hasta la ubicación de cada letra, está codificado en unidades discretas fácilmente reproducibles. Precisamente ese es el poder de lo digital, y en este sentido el mundo digital es inexpugnable. Pero también, debido a la naturaleza de sus objetos, el concepto de autoría desaparece. Cualquiera puede reproducir una estructura binaria creada previamente. Tan sólo debe juntar convenientemente los ceros y unos que forman cualquier elemento del mundo digital. Incluso una película. Digitalizada, claro. Y es que el mundo digital es una simulación abstracta, numérica de la realidad. Sólo existe en tanto encadenamos secuencias binarias capaces de formar imágenes digitales de la realidad. Y en una realidad virtual todo es posible.

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