Los dos aspectos que analizamos en la última clase del Profesor de las Heras resultan fascinantes: por un lado el hecho de que en este nuevo mundo virtual lo grande y lo pequeño tengan cabida al mismo tiempo y las posibilidades de ambos se acerquen; y, de otro, la posibilidad de que ese mundo virtual, del que puedo entrar y salir, acabe diluyedo tanto sus fronteras con el mundo real que llegue un momento en que, en palabras de De las Heras, el primero acabe derramándose en el segundo. Esto está sucediendo gracias a la Realidad Aumentada (RA) que viene a sumarse a dos realidades ya estudiadas en clase: la virtual y la especular.
Cuando hablamos de RA nos referimos a una visión directa o indirecta de una parte del mundo real, combinando con él elementos virtuales para crear así una realidad mixta en un espacio-tiempo determinados. Añadimos, a través de una serie de dispositivos, información virtual a la información física que tenemos. En esto radica la diferencia con la Realidad Virtual ya que, al contrario que ésta, no sustituye a la realidad física sino que la complementa sobreimprimiendo los datos informáticos.
Sus posibilidades son increíbles: en libros, material educativo, simulación de operaciones de cirugía, mecánica, simulacros de seguridad, arquitectura, arte, etc. Una de mis aficiones es el buceo y me parecería un sueño sumergirme con una cámara de video y que cuando enfocase a alguna de las especies me saliese toda la información de lo que en ese momento estoy viendo. El problema, como siempre, está en los extremos y podríamos dedicar demasiado tiempo a mirar la pantalla en vez de disfrutar de aquello que realmente estamos viendo.¿Qué sucederá cuando esos dispositivos ya no sean una cámara sino, por ejemplo, unas gafas o unas lentillas? He encontrado un video en la web que creo que explica muy bien todo este interesante y prometedor proceso.